domingo, 8 de mayo de 2011

Egocentrismo intelectual del adolescente

Piaget utiliza la noción de egocentrismo al ocuparse de la adolescencia. Entiende al egocentrismo como una confusión o falta de diferenciación entre los aspectos internos del pensamiento y los aspectos externos de la realidad en la que se encuentra inmerso el sujeto. Sostiene que la causa de este egocentrismo es un desequilibrio cognitivo.
Así como en los estadios anteriores (sensoriomotor, preoperatorio y de las operaciones concretas) hay egocentrismo, también lo hay en el de las operaciones formales (correspondiente a la adolescencia).
En el estadio sensoriomotor, el egocentrismo, pasa por una falta de diferenciación entre el yo y no yo. Durante el preoperatorio, se evidencia en la dificultad para adaptar las habilidades comunicativas al tipo de interlocutor. En el estadio operacional concreto, pasa por la confusión entre las hipótesis y los hechos, resultando insensible ante las contradicciones. Finalmente, en el estadio operacional formal, el egocentrismo aparece como una confianza excesiva en el poder de las ideas.
Desde este punto de vista, se podría decir que Piaget se refiere a un egocentrismo intelectual y no tanto a un aspecto de la personalidad. Es decir, se refiere a una incapacidad para ponerse en el punto de vista del interlocutor. Sin embargo, considera que este egocentrismo intelectual o cognitivo puede ser una buena base para un egocentrismo en las relaciones interpersonales.
A partir de la adolescencia, el individuo puede utilizar un pensamiento abstracto a partir del cual puede reflexionar sobre sí mismo y elaborar sus propias teorías y sistemas de creencias. Esa capacidad le permite concebir alternativas de la realidad basadas en una actividad reformadora. En este sentido, el egocentrismo de la adolescencia pasaría por la incapacidad para concebir con realismo la posibilidad de aplicación de sus teorías a la realidad.
Para Piaget, este estado, se supera a través de dos factores. Por un lado, la creciente inserción en la sociedad que le proporciona una diversidad de perspectivas diferentes de la suya. Por otro lado, del avance en su desarrollo cognitivo obtendrá más instrumentos para lograr una mejor coordinación entre las teorías y los hechos.
Bibliografía:
  • Carretero, M. (1985) "Teorías de la adolescencia", en Palacios, J. et al (comps.) Psicología evolutiva. Tomo 3, Alianza, Madrid.

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