martes, 25 de agosto de 2015

El silencio según la estructura

Belucci escribe sobre el silencio en las diferentes estructuras y el quehacer del analista en relación a esto.
"La mudez obsesiva, si seguimos en esto a Lacan, presentifica en el análisis la demanda de muerte. Será entonces preciso perturbar esa inercia pulsional, que vuelve sobre el sujeto mismo, y articular las voces (activa, media, pasiva) en las que el odio como pasión del ser se declina. Pasar, entonces, del silencio pulsional  a una gramática del odio, marca un camino en la cura de la neurosis obsesiva, ya que no hay cura posible si el fundamento del odio no se aborda.
[...] El histérico, por su parte, hará no pocas veces de lo callado enigma, que aunque dirigido al Otro lo interpela. Nuestra función será allí, entonces, indicar que es a un enigma al que se dirige.
[...] Las fobias, finalmente, presentan una vez más esa vecindad entre silencio y angustia. [...] Se trata aquí, no de articular una gramática, ni de abrir el enigma que hace cadena, sino de hacer borde a ese vacío que el fóbico más que ningún otro neurótico capta, para que pueda haber allí palabra.
[...] En la psicosis, el silencio no traduce un vacío, sino el pleno de un goce no legislado. Allí la mudez del proceso de la enfermedad viene a coincidir con la de la pulsión de muerte, con la inercial mortífera del lenguaje, más allá de toda palabra".
 
Bibliografía:
  • Belucci, G. (2015) El silencio en el análisis. Modalidades diferenciales y quehacer del analista. El silencio en psicoanálisis. Imago Agenda. N°191. Junio-Julio 2015. Página 20-22.

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